En España crece el uso urbano de la bicicleta. Un grupo de ciclistas habla de experiencias camino de la oficina.
El joven de la empresa que a duras penas puede permitirse el billete del autobús comienza a contagiar a su jefe, el que conduce un último modelo y aparca a unos metros del despacho. Ya no es extraño que ambos acudan al trabajo ahorrando combustible, eludiendo atascos, sin contaminar y, además, haciendo ejercicio. Es decir, pedaleando.
España no es Holanda, Bélgica o Finlandia en iniciativas a favor de la bicicleta, pero surgen propuestas y se aprecia un cambio de mentalidad. Y si no, ¿qué hace un servicio de préstamo de bicis en la estación de Renfe de Fuencarral (Madrid)? En este caso, se trata de convencer a los empleados de los parques empresariales Las Tablas y La Moraleja de que pueden llegar a sus puestos, a unos tres kilómetros, sin subirse a un taxi o al autobús.
'Combinar bicicleta y tren es el modo más práctico y rápido de llegar a mi trabajo. La puntualidad está asegurada, no contamino y me mantengo en forma', cuenta Ángel Postigo, profesor del Instituto Las Veredillas, de Torrejón de Ardoz (Madrid), que no recuerda en qué momento dejó de jugar con la bici para empezar a usarla como medio de transporte. Ángel, de 36 años, vive a 13 kilómetros del instituto, de los que 3,5 kilómetros, por los cascos urbanos de Alcalá de Henares y de la citada ciudad de Torrejón, los hace en bici. Para él es una forma de liberarse del estrés: 'La salud y el buen humor que me proporciona la bicicleta repercuten positivamente en un trabajo exigente y de alta tensión como es el de profesor de secundaria'.
>br> Isabel Herraiz, vecina de Málaga de 50 años, cree que en España lo que sobran son excusas para no cambiar el chip: 'Ir en bici es más complicado en países como Alemania u Holanda, donde llueve con frecuencia, y allí hay un convencimiento unánime. La verdad es que en bicicleta ni se suda tanto ni las ciudades españolas tienen tantas cuestas como se dice'.
>br> Ninguno de los dos tiene la suerte de vivir en Barcelona, cuyo carril bici tiene más kilómetros que el propio Metro. Tampoco tiene esa ventaja Juan Manuel Zurita, un cordobés que ha disfrutado del privilegio de llegar andando al trabajo, en la Biblioteca de Córdoba, hasta hace un par de meses. La instalación ha cambiado de barrio y Zurita ha recurrido a la bicicleta para cubrir los tres kilómetros que le separan de su destino. 'Atravieso el casco histórico en unos 15 minutos', declara este ayudante de biblioteca de 45 años. Para él es 'todo un placer' a pesar de que, a la vuelta, la temperatura se duplica y tiene un tramo final cuesta arriba. 'Por comodidad y conciencia ecológica casi no uso el coche'.
Según datos que maneja la asociación ConBici, más del 30% de las veces que se arranca un automóvil en Europa se hace para cubrir una distancia inferior a 3 kilómetros. 'Estas rutas pueden afrontarse en bicicleta en unos 15 minutos. Así, evitamos los efectos negativos para el medio ambiente y realizamos la actividad física diaria recomendada', recomienda el colectivo. Otra cifra que manejan e invita a reflexionar es que, en 2010, el 40% de las emisiones de dióxido de carbono dependerán del transporte. Colectivos como éste piden medidas de seguridad a favor del ciclista y que se fomente el respeto hacia quien se ha decidido por moverse a la europea. 'La bici sirve para saborear más la ciudad'