
Aseguró que tiene “ganas” de comenzar este periplo, que le llevará a repertir “el mítico camino que realizó Marco Polo” atravesando Turquía, Irán, Turkmenistán, Uzbequistán, Kirguizistán y China, además de otros países europeos como Francia, Italia y también los Balcanes. “Se trata de una ruta cultural e histórica, es un viaje que siempre me ha llamado la atención y que siempre he querido hacer”, aseveró Chema Lahidalga.
Este vecino de Torrelavega se mostró “tranquilo” e “ilusionado” con el proyecto. Aseguró que no tiene “miedo”, aunque sí hay gente que parece que le “quiere desanimar”.
Tiene previsto partir hoy por la mañana desde la Plaza de las Farolas de Santander. Por el momento, y aunque esta aventura “está abierta a todo aquel que quiera participar”, realizará el viaje sólo. Señaló que “algunos amigos” piensa acompañarlo el primer día “y se quedarán la primera noche” con él, más o menos por Amurrio (Vizcaya), “y luego, al día siguiente volverán en tren, o en bici, o como sea”.
“Tenemos una pandilla y de vez en cuando hacemos alguna excursión. La última vez, en el puente de mayo, hicimos en bici el Canal de Castilla, de Alar del Rey a Valladolid. Pero la gente se va casando, se va haciendo mayor, y cada vez salimos menos”, lamentó.
No es la primera vez que Chema Lahidalga participa en una aventura de estas características. Hace cinco años ya recorrió con otro amigo Italia, Grecia y Turquía en bicicleta, “en total unos 5.300 kilómetros”, apuntó. Pero desde entonces le ronda la cabeza la idea de realizar la ‘Ruta de la Seda’, un proyecto que por fin va a emprender.
LOS CONTRATIEMPOS
Respecto a los contratiempos que puede encontrar en este tipo viaje, comentó que “lo principal es la climatología”, porque “a veces tienes que pedalear con lluvia, y se hace pesado”. Comentó que cuando recorrió Italia, Grecia y Turquía no tuvieron “ninguna lesión”, aunque “es otra cuestión a tener en cuenta”.
En esta ocasión lleva una tienda de campaña para dormir, pero “cuando pueda utilizar sólo el saco” de dormir lo hará. “Lo mismo en un bosque, que debajo de un árbol, en una cueva, en una playa, o en una casa abandonada… Cualquier sitio es bueno”, apostilló.
En cuanto a la comida, Chema Lahidalga lleva “un plato y alguna cazuela”, y “un infiernillo para ir cocinando”. También lleva equipaje, sobre todo ropa deportiva y accesorios para la bicicleta que le han facilitado algunos comercios y empresas particulares como apoyo a la iniciativa. En este sentido, este torrelaveguense agradeció a la Sociedad Regional de Turismo y a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, que también han colaborado en esta aventura.