Imagine que alguien va empujándole suavemente mientras pedalea. Ya no tiene que imaginar más: las bicis con motor eléctrico permiten sacar más partido a este vehículo sin fatigarse demasiado.
Si usted no puede llevar la bici con normalidad por que se fatiga demasiado. Si la emplea habitualmente para ir al trabajo o como medio de transporte. Si tiene que conducirla luchando con cuestas, contra el viento o cuando aprieta mucho el calor. Si, en cualquier caso, agradecería de vez en cuando que alguien le diese un empujoncito, le van a encantar las bicicletas eléctricas.
Este tipo de vehículos, que gozan ya de amplio predicamento en países como Holanda o Alemania, son bicicletas normales salvo por un detalle: llevan incorporado un pequeño motor que ayuda a que el pedaleo sea suave y cueste menos esfuerzo. Pero que quede claro: no son un ciclomotor. “Se llaman bicicletas de pedaleo asistido, porque en realidad el motor no sustituye al pedaleo. De hecho, si dejas de pedalear, el motor se para, y si superas la velocidad de 25 kilómetros por hora, también”, aclara David Arribas, del establecimiento zaragozano Recicleta, que lleva un par de años comercializando estas bicis.
Arribas explica que, a la hora de elegir una bici eléctrica, hay dos puntos clave: la batería y el servicio post-venta (que garantiza que la marca responderá en caso de que sea necesario). “Las baterías pueden ser de plomo, níquel o litio. La de litio es la de mejor tecnología, porque da más kilómetros de autonomía, pesa menos, se carga más rápido y da menos problemas”, enumera Arribas. Aunque algunas marcas fabrican sus propias baterías, hay fabricantes como Panasonic o Sanyo que suministran este elemento a fabricantes tradicionales de bicicletas que ahora han empezado a producir artículos de este tipo, caso de BH. Las baterías pueden tardar encargarse entre 3 y 8 horas, dependiendo del modelo, y permiten autonomías comprendidas entre los 25 y los 100 kilómetros (calculados circulando en llano). Algunos modelos llevan también sistemas que permiten que se recargue cuando se va cuesta abajo o frenando.
El otro detalle importante es que la marca del vehículo dé garantías. Arribas explica que en el mercado se pueden encontrar bicicletas elécticas a partir de 500 euros, pero a veces lo que se ahorra en una barata puede dar un disgusto. “Hay algunas muy baratas que vienen de China, donde es un medio de transporte muy tradicional, pero luego, si hay algún problema, no hay a quién recurrir”. Además, ya se hallan en el mercado español bastantes marcas solventes (algunas nacionales) entre las que elegir: Ecobike, Monty, Giant, BH, Tucano Bike…
Y es que el principal inconveniente que tienen hoy por hoy estas bicis es su precio (las hay de 700 a 2.500 euros), elevado con respecto al de una normal, aunque no tanto si se consideran sus ventajas. “La Unión Europea está intentado potenciar su uso porque generan menos ruido que una moto, su consumo es más bajo y son menos contaminantes, por eso, aunque son vehículos a motor, no hacen pagar seguro ni sacar permiso de conducir”, aclara Arribas. Tampoco necesitan un mantenimiento especial ni revisiones como las motos y los coches. Aparte de recargar la batería, basta con inflar las ruedas y engrasar la cadena, como e n cualquier bici.
También se han comercializado kits para ‘motorizar’ una bici convencional (cuestan unos 700 euros), pero Arribas se muestra más partidario de las que ya vienen fabricadas así. Estas van equipadas con elementos específicos que mejoran su rendimiento, como un regulador para que el propio usuario acomode la ayuda del motor a sus necesidades o sensores que ajustan automáticamente la intensidad de la fuerza aplicada por el motor según la manera de pedalear.
Las bicis eléctricas están concebidas sobre todo para su uso en ciudad y “abren la posibilidad de que se popularice este medio de transporte, porque facilitan los desplazamientos largos, evitan la excesiva sudoración y pueden usarlas personas mayores o con problemas cardiacos o de movilidad”, cuenta Arribas. Y también quienes han perdido el carnet de conducir por puntos…
Fuente: heraldo.es