Vitoria empieza a sumarse a la moda de ‘fichar’ las bicis para dificultar al máximo un posible robo

Feb 2, 2010

Más de 370 ciclistas han matriculado sus vehículos de dos ruedas desde que el Ayuntamiento puso en marcha el registro voluntario de ciclos, hace cuatro meses. Más de 50 de ellos colocaron también el sistema Bicitronic, el pequeño tornillo de pago con códigos que refuerza la identificación de la bici.

 

 

Así pues, los ciclistas interesados en incluir su bicicleta en el archivo municipal de velocípedos tienen dos posibilidades. Para formalizar el registro sólo hace falta rellenar un impreso y entregarlo en las oficinas de atención ciudadana de los centros cívicos y de la Casa Consistorial, en el Centro de Estudios Ambientales (CEA), o en los comercios asociados a la iniciativa.

Todos estos datos son incorporados a un fichero informático, y al propietario se le entrega una pegatina de color negro con un código de letras y números. Este distintivo debe colocarse en la barra existente entre el manillar y los pedales, de manera que el orificio central coincida con uno de los agujeros del portabotellas.

Aunque parece un simple adhesivo, la empresa catalana Bicitronic lo ha fabricado con un material grabado con láser capaz de aguantar la corrosión «y hasta el ácido sulfúrico», según explican sus portavoces. El objetivo es que la pegatina no pueda arrancarse con facilidad. Si alguien lo consigue, el distintivo se rompe en múltiples trozos que dejan un rastro «identificable con luz ultravioleta». Este proceso de registro es gratuito para el usuario. Además, cualquier persona mayor de 18 años puede incluir en la base de datos municipal todas las bicicletas que posea.

 

Medidas disuasorias

La segunda opción, pensada para mejorar el sistema de marcaje, también es voluntaria. Se basa en la instalación de una pieza metálica muy parecida a un tornillo que se encaja dentro del cuadro de la bicicleta. Este distintivo, acompañado de otra pegatina con un código, debe ser instalado en una tienda homologada y tiene un coste de 19 euros.

Fuentes municipales recuerdan que estas medidas son disuasorias, ya que no impiden que la bici sea robada. «De todas formas, el ladrón se lo pensará dos veces al saber que ese vehículo está marcado y registrado», detallan. Otras ciudades españolas, como Barcelona, San Sebastián o Sevilla, también han incorporado el sistema Bicitronic.