Desde el pasado 15M Sol se han transformado en un hervidero de protestas. Tras meses de una inquietante pasividad, la gente ha reaccionado. Pero no solo los jóvenes, no solo los parados, no solo los altermundistas, no solo los perroflautas, no solo los profesionales sino también los mayores, los trabajadores, los inmigrantes..
Ha sido una reacción de la ciudadanía. Coincide que es mayo, mes de lluvia y reivindicación por antonomasia. Coincide que hay elecciones. Y coincide que vivimos un gran desapego político por falta de referentes, a izquierda y derecha. Muchos se empeñan en defender el sistema cuando se ha evidenciado que el sistema ha fagocitado todo lo que le rodeaba. El capitalismo social, aka estado de bienestar, que otorgaba oportunidades a todos se ha tornado en falacia cuando los ciudadanos veían como los gobiernos rescataban bancos mientras estos no cedían crédito y repartían dividendos. Les exigían sacrificios. Les proponían cambiarlo todo para que todo siguiera igual y eso ha sido lo que ha despertado la indignación y la verguenza.
Aunque muchos de los que se concentraron ayer en Sol, en Valencia, en Sevilla o en Barcelona fueron en bicicleta, esto no tiene nada que ver con las bicis. Igual tienen un par de coincidencias con la pelea bicicletera: su lucha por un cambio en el modelo (uno de movilidad y otro polítoco) y la manipulación que intentan hacer de ellos políticos y algunos medios. Lo de #acampadasol es una exigencia de responsabilidades. Los políticos no son una casta, son los representantes del pueblo, deben defender los intereses ciudadanos y canalizar sus inquietudes. Cuando no lo hacen, cuando obvian a sus votantes, ocurre esto. Y no sé por qué suele ocurrir en mayo.
Fuente: http://blogs.elpais.com/love-bicis/