La maleza y los restos de "botellones" invaden el tramo del vial para ciclistas entre Salas Bajas y el Puente Romano, junto al que una familia ha improvisado su "residencia"
Usar el carril bici en el tramo comprendido entre Salas Bajas y el Puente Romano se ha convertido en una auténtica carrera de obstáculos. El abandono y la falta de vigilancia en esta zona de la margen izquierda del río hacen que utilizarlo sea un deporte de riesgo. Botellas, plásticos y residuos ocupan este vial exclusivo para ciclistas. Bajo el puente Sánchez Fabrés, exactamente después de la pronunciada curva que realiza el circuito permanecían este sábado restos de "botellones", residuos que suponen un riesgo debido a la poca visibilidad que hay en ese punto.
A escasos metros del viaducto, matorrales, cardos y rastrojos invaden el vial y restan espacio a los salmantinos que lo usan. Además, la gran acumulación de hierba seca se convierte en caldo de cultivo para un incendio. En este "tour" por la dejadez, la suciedad y el abandono, se ve también un asentamiento ilegal. Una familia ha "improvisado" junto al Tormes una "casa de verano" con vistas al Tormes.
Fuente: lagacetadesalamanca.es