Si con una bicicleta nos movemos, ¿por qué no hacer máquinas con ellas? Una ONG guatemalteca tiene los objetivos claros: reciclar, controlar el consumo de recursos y provocar un desarrollo rural integral. Así es su plan.
En el departamento de Chimaltenango y desde hace treinta años, Amadeo cultiva las tierras que ha heredado de su familia. Gran parte del día se pierde en conseguir agua, aunque la zona no sufre sequías, es difícil sacar el agua de los pozos.
Con cinco hijos a su cargo, Amadeo no tiene que conseguir agua sólo para regar sus campos, sino también para dar de beber a su familia. “Pero desde que Carlos me trajo la bici-máquina tardo mucho menos”.
Maya Pedal lleva catorce años diseñando y construyendo bici-máquinas. En un pequeño taller en San Andrés Itzapa, la ONG vende las máquinas que usan el impulso de los pedales para facilitar el trabajo a cientos de campesinos.
El objetivo de la asociación es el de preservar el medio ambiente guatemalteco y “desarrollar un sistema de desarrollo integral familiar”, explica Carlos Marroquín, jefe técnico de la ONG Maya Pedal.
Receta limpia y solidaria
Bicicletas usadas, madera, metal y mucha mañana. Son los ingredientes que Marroquín a unido para diseñar los 19 modelos de bicicletas, que puede enumerar casi sin pensar. Aunque no le gusta atribuirse todo el merito.
“Un mes llegamos a tener 30 personas trabajando”. Y es que Maya Pedal es como una gran familia, todos los voluntarios que quieran ayudar, son bien recibidos allí. Eso sí, hasta un límite: “cuando somos muchos es complicado porque no tenemos muchas herramientas y el espacio es pequeño”.
Amadeo estaba acostumbrado a sacar agua del pozo con lazos, cubos, cuerdas y ampollas. “En vez de tres o cuatro horas al día, ahora no dedico más de dos horas a sacar agua”, explica el campesino de 38 años.
Todo depende
El proyecto de las bici-máquinas “habla por sí mismo”, según el responsable de la ONG. En un pequeño documental, Marroquín defiende la autonomía que éstas máquinas dan a los campesinos que las cobran. Aunque no las pueden regalar, desde Maya Pedal aseguran que cobran el precio de coste.
Los precios el bici-molino-desgranador: “cuando la compra es grupal [varias personas y por necesidad] les cobramos 1500 [quetzales], si son individuales se la damos en 2200”, dice Marroquín por teléfono. El precio de una de estas bici-máquinas es de entre 150 y 200 euros.
Profundizar mejor que ampliar
Ante el éxito de las bici-máquinas, resulta complicado no preguntar por planes de futuro. “Mi sueño y en lo que ahora trabajo es hacer una escuela de tecnologías apropiadas”. El proyecto, enseñaría a alumnos venidos de cualquier región para que pudiesen desarrollar las ideas que han adquirido.
Es la filosofía de Maya Pedal, “es un gusto compartir nuestros diseños con otras organizaciones que trabajen con tecnología”, se puede leer en la página web.
Aunque la creación de “una tecnología autosuficiente sin la dependencia de fuentes energéticas como electricidad, combustibles fósiles” es uno de los objetivos, Maya Pedal también tuvo una razón social para nacer.
Cuando surgió la ONG, el conflicto interno de los años 80 y 90 había dejado muchas familias desarraigadas en Guatemala, “y mujeres viudas más que nada”, sentencia Marroquín. “Las bici-máquinas también son una manera de compensar la perdida de fuerza de trabajo”.
“Se rompe mucho”, dice Amadeo en conversación telefónica desde su casa. “La válvula revienta y entonces viene Carlos a arreglarla”.
Del camión a la bici
“Quería hacer algo en la vida. No quería solo contaminar”, se sincera Marroquín. El responsable técnico de Maya Pedal dice que su mayor inspiración es “la necesidad de nuestra gente, es lo que me compromete a seguir aquí”.
“Mi bici-máquina favorita es la licuadora y la bomba de agua, pero el molino desgranador es los más vendido”.
Antes de colgar el teléfono, Marroquín quiere decir algo más, y si es posible, que salga en el artículo:
“Hagamos del planeta tierra nuestra iglesia, y cuidarla sea nuestra religión”.
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Enlace vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=2agir3xepuQ
Fuente: lainformacion.com