La ciudad se vive a pedales

Es saludable, sostenible, práctico y divertido, y humaniza las grandes urbes. Sí, ir en bici es un acierto. Y además está de moda. Políticos, artistas y famosos de todo tipo se suben a las dos ruedas.

 

 

«La vida es muy corta para desperdiciarla buscando un lugar donde aparcar», argumenta David Byrne, ex líder de los Talking Heads, en favor del ciclismo urbano. Desde que descubrió la bicicleta plegable hace dos décadas y comenzó a relatar sus viajes por el mundo sobre dos ruedas, muchos se convencieron de que las ciudades, desde una bici, se ven diferentes. «Me sentí más conectado con la vida de la calle de lo que me hubiera sentido dentro de un coche o transporte público: me podía parar donde quería, a menudo era mucho más rápido para llegar desde un punto A a un punto B y no tenía que seguir ninguna ruta establecida. Eso fue, para mí, adictivo», relata en su libro «Diarios de bicicleta» (Mondadori).

Con la misma filosofía vivían Scott Schuman y Bill Cunningham, dos fotógrafos norteamericanos que se dedicaron a retratar a fashionistas pedaleando, con tacones incluidos; hicieron de la bicicleta en un accesorio de moda.

Revolución imparable
Las corrientes ecológicas, el coste de la gasolina, el tráfico… Todo ello confluye para que hoy los urbanitas vean con buenos ojos eso de recorrer la ciudad sobre dos ruedas. La revolución ciclista es ya es imparable, y ha llevado a alcaldes de urbes tan caóticas como Nueva York, París y Londres a apostar por los carriles-bicis, desafiando a los escépticos que lo creían imposible. Una moda ideal: saludable, ecológica y práctica, a la que han sucumbido Madonna, Barack Obama, Kate Hudson, Naomi Watts, Jennifer López, Brad Pitt… La lista de famosos es interminable.

El más reciente barómetro anual de la bicicleta en España, elaborado por la consultora Gesop, demostró que 21 millones de españoles tienen una bici para uso personal, y más de 2,5 millones la usan a diario. El estudio también revela que desde 2009 ha habido una tendencia hacia el uso de la bici urbana, en detrimento de la bici de montaña. Es decir, cada vez se hacen más viajes dentro de la ciudad.

En esto, los servicios públicos de préstamo de bicicletas han ayudado. Hasta no hace mucho sólo unas pocas ciudades españolas tenían este servicio, y hoy cuentan con él más de cien municipios. En Barcelona los viajes a pedal se han incrementado en un 100 por 100 desde que se implantó el «Bicing», y en Sevilla, con «Sevici», se han multiplicado por diez.

Madrid, ¿por qué no?
Madrid siempre sale mal parada en las estadísticas de ciclismo urbano. Sólo el 0,3 por 100 de los viajes se hacen en dos ruedas, mientras que en Barcelona la cifra asciende al 2 por 100, y en Sevilla al 6 por 100. Todas lejísimos de ciudades como Copenhague o Amsterdam, donde casi el 50 por 100 de los desplazamientos se hacen sobre dos ruedas. La excusa suele ser la misma: «En Madrid no se puede usar bicicleta porque hay muchas cuestas», una frase del ex alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano. Pero si Londres (con su lluvia permanente), Berlín (con el frío, que, además de desagradable es peligroso cuando forma placas de hielo) y Nueva York (con su típico caos de taxis y peatones) han podido, la capital española, con su clima privilegiado, ¿por qué no?

Ahora, con los coches invadiendo las vías, los servicios públicos de bicis en pleno apogeo y la crisis económica, la bicicleta es la manera perfecta de tomar conciencia ambiental, hacer deporte mientras te mueves por la ciudad y ahorrar. Recicle su vieja bicicleta, compre una nueva o alquílela. El mercado ofrece un sinfín de modelos, y algunos incluso pueden personalizarse con diseños y accesorios muy actuales, con aires retro.

Quedar para rodar
En Madrid hay varios colectivos que promueven salidas en bicicleta por la ciudad. La Asociación de Kilometreros en Fase Terminal propone quedadas casi todos los sábados o domingos, siempre bajo los siguientes preceptos: mínimo 100 km., comiendo en casa (¡ojo, cada uno en la suya!), a eso de las tres de la tarde. Dentro del programa «Descubre Madrid», el ayuntamiento ha incluido rutas en bicicleta cada domingo a las 10:30. Para apuntarse hay que sacar la entrada en la oficina de turismo de la Plaza Mayor. Cuesta 3 euros, si lleva su propia bicicleta, o 9 si la alquila.

El Club Otero (de la tienda Otero) organiza excursiones en bicicleta de uno o varios días, clases para aprender a montar, o cursillos de ciclismo urbano. Y el colectivo Bicicrítica, en su blog, publica una lista de convocatorias de diferentes grupos que proponen quedar en variados sitios de Madrid y sus alrededores. Ya se sabe que «no se deja de pedalear cuando se envejece. Se envejece cuando se deja de pedalear».

Fuente: abc.es