La “moto” sin consumo

May 14, 2012

A sus 79 años, Victoriano recorre 12 kilómetros diarios en el municipio de Arcediano sin esfuerzo ni apenas coste, un regalo que le brinda la bicicleta eléctrica que se ha convertido en “su vida”.

Conla gasolina y el gasoil alcanzando precios de récord cada quince días, los paseos en coche son tan
caros como una noche en un hotel de cinco estrellas. A veces estos trayectos suponen una   necesidad que cada vez se aleja más de los bolsillos del español medio.

Una alternativa para acabar con el goteo de euros que se marcha hacia las gasolineras es la
bicicleta eléctrica. Cuesta entre 1.000 y cerca de 2.000 euros, en función de sus características y
potencia, y consume como un móvil.

Así al menos lo asegura Victoriano Mesonero, propietario desde hace dos años del prototipo plegable del que habla como quien lo hace de una novia a los 18 años, o al menos así lo asegura su hijo. “Cada día recorro hasta 12 kilómetros con ella y la cargo dos veces por semana con un gasto similar a cuando enchufas un móvil”, relata.

“Es cierto que supone un ahorro importante, pero yo la veo también como una gran diversión”,
asegura este jubilado de 79 años que, tras una vida como agricultor y ganadero, su hobby es salir cada día a disfrutar del campo de Arcediano, la localidad armuñesa donde vive.
“Algunos días voy a ver unas parcelas, otros al lado contrario y en ocasiones me acerco a Tardáguila,
que está muy cerca. Allí los vecinos me llaman “el de la bici” cuando me ven llegar. Se la he ofrecido para que la prueben, pero no se atreven”, asegura Victoriano con media sonrisa.

“Me la regalaron mis hijos, no recuerdo qué día fue, sería algún cumpleaños o algo así, y al verla pensé: ¡qué es esto! Pero enseguida la probé” recuerda.

“Es como un coche, no tienes que trabajar nada y darle a los pedales es un ejercicio que me va de maravilla”, reconoce Victoriano, quien exclama a punto de saltársele las lágrimas: “¡cuánto tiene uno que agradecerle a los hijos!”

Y es que fueron sus cinco vástagos los que reunieron dinero para que recuperara la ilusión de recorrer el campo cada día después de que la aparición de un enfisema pulmonar le impidiera pedalear más de 100 metros.

“Con ésta (por la eléctrica) llegarías a Salamanca en 15 ó 20 minutos, y eso que son 16 kilómetros”.
Se atreve con carreteras, caminos, barro e incluso sembrados.
“En una ocasión me metí con ella “a derecho” en un terreno que estaba llano y seco”, recuerda
Victoriano, quien reconoce que aún no ha bautizado a su voltaica novia adolescente.
“No tiene nombre, sólo que es mi vida”.

Fuente: lagacetadesalamanca.es