Al ladrón de bicicletas que anda suelto no se le resiste ningún candado….
Si no se la puede llevar entera deja la rueda para no perder tiempo y ya robará una a otro incauto que confíe en que sujetando su bicicleta por una parte puede estar seguro. La fechoría se ha cometido en la calle Zamora, donde se supone que siempre hay más vigilancia o gente que perturbe las malas intenciones del ladronzuelo. Es posible que a la víctima le haga falta su bicicleta para trabajar o moverse por la ciudad como al protagonista de la gran película de Vittorio de Sica, pero eso qué le importa al chorizo.
Noticia publicada en el periódico La Gaceta de Salamanca.