Según el último barómetro de la bicicleta, en España, 3 millones de personas usan este tipo de transporte ecológico a diario.
Los servicios públicos de bicicletas son cada vez más numerosos en las ciudades españolas. En algunos casos no suponen un gasto para los ayuntamientos y en otros son un gasto elevado. Una de las ciudades con un proyecto de coste cero es Zaragoza, mientras que en Barcelona el coste es bastante elevado y en Madrid todavía no se ha implantado un sistema de estas características.
El servicio de bicicletas compartidas no se concibe como una forma para que los turistas puedan visitar la ciudad, sino como un transporte público alternativo para los residentes. Cada ciudad tiene distintos modelos de gestión y financiación, aunque la mayoría coincide en que el trayecto máximo es de 30 minutos, por lo que si se usa la bicicleta más de media hora seguida habrá que abonar un plus. El vandalismo también ha sido uno de los problemas por los que han fracasado muchos proyectos, aunque los expertos aseguran que los ciudadanos cada vez están más concienciados en el cuidado de las bicicletas.
En Zaragoza el servicio público se llama Bizi y está gestionado por la empresa ClearChannel. Este servicio no supone ningún gasto para las arcas públicas puesto que se autofinancia con las cuotas de los usuarios y la publicidad que incorporan en bicicletas y las distintas estaciones. Para fomentar este medio de transporte tan ecológico el ayuntamiento asegura que en los últimos 10 años ha construido más de 100 km de carril bici, han limitado la velocidad en algunas calles y han elaborado ordenanzas y órganos específicos.
La cuota anual para residentes en la ciudad es de 36,93 euros y para turistas tienen un abono temporal de 3 días por 5,28 euros. Estos precios incluyen un número ilimitado de trayectos de máximo 30 minutos, es decir, entre cada trayecto hay que dejar pasar 10 minutos para volver a coger la bicicleta. Si no se cumple este requisito por cada media hora que se alargue el trayecto habrá que abonar 0,52 euros y una vez excedido un tiempo de 2 horas hay una penalización de 3,16 euros.
Empezaron en 2008 con 300 bicicletas, ahora ya tienen 1.300 y 39.000 usuarios. Tienen un límite de abonos anuales para que no haya saturación. Además acaban de estrenar una aplicación que entre muchas funciones informa a los usuarios acerca de la disponibilidad de bicicletas y un mapa con las estaciones, que ya son 130, para recogerlas y depositarlas. Un estudio realizado por el ayuntamiento asegura que el tiempo medio de uso de la bicicleta es de 15 minutos, aunque los fines de semana, aumenta a unos 20-25 minutos.
Bicing es el servicio de bicicletas compartidas de Barcelona, está gestionado por B:SM una empresa que administra distintos servicios al ciudadano. Lleva funcionando desde 2007 y tieneun déficit que supone para el ayuntamiento un gasto de entre 12-13 millones de euros al año. Ignasi Armengol, directos de B:SM, explica que el alto déficit es debido a que “el servicio de Bicing no recoge ningún ingreso por publicidad, puesto que la gestión de la publicidad urbana está a cargo de otro departamento y de lo que Barcelona ingresa, que son entre 15-20 millones de euros se cubren gastos de déficit como el del Bicing”. Cuentan con 6.000 bicicletas, unos 100.000 usuarios y 420 estaciones repartidas por la ciudad.
Para paliar el alto coste se están planteando seguir un sistema de patrocinio único, como ya ha hecho Londres, que ha asociado el nombre de una empresa privada a su servicio de bicicletas. Aunque Armengol asegura que esto solo supondría un 10% del coste total el servicio. Con un sistema parecido al de Zaragoza, la cuota anual cuesta 46,46 euros, pasada la media hora “gratuita” las fracciones de 30 minutos ascienden a 0,73 y la penalización por superar las 2 horas sube a 4,43 euros. Las cuotas suponen el 25% del coste del servicio, aunque anuncian que ascenderán en 2014 pero seguirá sin superar los 50 euros.
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