El mercado en España está aún ‘por explotar’. La tendencia es positiva.
Hasta el papa tiene una. La Smart ‘e-bike’. Se la entregó el presidente de Daimler AG, quien también le surte del papamóvil, con motivo de una visita a Roma este verano. ¿La usará? Probablemente no. Imaginen el susto para la Teología de la Liberación si se cayera. En cualquier caso, el regalo demuestra que la bici eléctrica busca llegar a un público mayoritario. Le sobran cualidades para alcanzar el objetivo y las cifras señalan que es un vehículo en auge. Según el Eurostat, la oficina europea de estadística, en los mercados de Alemania, Holanda, Suiza, Italia, Francia y Austria -los únicos de los que se tienen datos- se vendieron 738.000 unidades en 2012. En comparación a los dos años anteriores, el incremento se acerca al 50%.
En España, el fabricante que está apostando más por este tipo de vehículo es la marca BH, con sede en Vitoria. Con 50 modelos de cualquier tamaño y motor, su catálogo es el de mayor amplitud. Director de ventas en nuestro país, Íñigo Zarrabeitia cree que estamos ante un mercado nacional “todavía por explotar”. La tendencia, al menos, es positiva: “El cliente cada vez se informa más y solicita un producto de calidad y con garantías, alejándose del de gama baja y falto de controles y diseño, con grandes carencias en términos de seguridad en elementos tan sensibles como la batería. Precisamente, la compra en el pasado de productos baratos ha hecho mucho daño a su imagen”. Descuiden, no encontrarán ninguna de esos en este reportaje.
Eso sí, alguna se escapa del concepto estricto de bici eléctrica. Porque, ¿de qué estamos hablando? ¿Entra en la definición la clásica VeloSolex, creada en 1941 y que ahora consume una batería de litio en vez de gasolina? “Aunque el envoltorio diga lo contrario, sí lo es, porque cumple con la normativa europea”, explica Alejo Bastos, al frente desde 2009 de Biobike, la tienda de referencia en Madrid de esta clase de bicis. Allí saben, por ejemplo, acoplarle un motor de litio a la de toda la vida [Galileo, 43; www.biobike.es].
Vayamos a esa regulación. Dice que si la bici posee acelerador, la potencia del motor es superior a 250 W o supera los 25 km/h, estamos ante un ciclomotor y, por tanto, hay que matricularlo, tener seguro y pasar la itv. ¿Y el casco? Con la nueva ley de Tráfico será obligatorio, da igual el modelo de bici, sólo para los menores de 18 años. Los adultos únicamente tendrán que ponérselo en la ciudad, como hasta ahora. La medida supone una moderación de la postura que se venía sosteniendo en los últimos meses, la cual defendía un uso generalizado para todos los ciclistas en cualquier terreno.
Faltaba por añadir que, para cumplir con Bruselas, la bici eléctrica debe incorporar el sistema de pedaleo asistido ‘pedelec‘, que obliga a dar pedales para que se ponga en marcha. “Sin embargo ocurre que hay modelos en los que casi no hay ni que tocarlos y, aún así, se consideran ‘pedelec'”, apunta Bastos, quien antes dedicarse a su actual negocio fue estudiante de Derecho, mecánico de aviones y trabajó en el acelerador de partículas de Ginebra. El flechazo que sintió para dejarlo todo por este vehículo se basa en esas cualidades que le auguran un futuro tan prometedor.
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