El ciclismo europeo ve lo que el cinismo español de M.Seguí dgtes y adláteres no quieren, hipócritamente, ver…
Información de octubre de 2013 publicada en la web de la Federación de ciclistas europeos, que dice muy clarito las verdades sobre el uso del casco…El pasado 4 de Octubre, el Consejo de Ministros aprobó una serie de modificaciones a la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial dándole vía libre a su aprobación en sede parlamentaria. Bajo el título de “Mejorar la seguridad vial”, esta modificación plantea el casco obligatorio para ciclistas menores de 18 años en ciudad, y fuera de ella.
De aprobarse esta medida, el gobierno español podría fácilmente extender la obligatoriedad del casco para ciclista a todas las edades sin necesidad de consultar al Parlamento. Sin embargo, la oposición al casco obligatorio para ciclistas es total: todos los partidos políticos –con la excepción del PP, aunque en el seno de este partido no existe unanimidad–, todas las organizaciones ciclistas y los más importantes ayuntamientos del país (Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Zaragoza…) están en contra de esta medida.
La Federación Ciclista Europea (ECF) también ha hecho llegar a la DGT documentos y cartas apoyando a las organizaciones ciclistas españolas ConBici y A Contramano, en su trabajo contra la imposición de esta medida. La comisión sobre el casco en el Parlamento español sigue su curso, pero sus conclusiones no serán vinculantes, incluso existe la posibilidad de que el Congreso apruebe la modificación de la ley antes de conocer las conclusiones de la comisión. Lo que demostraría que ha quedado en un simulacro de transparencia y participación.
¿Qué ocurre si se aprueba esta modificación?
Basándonos en la experiencia de países donde el casco obligatorio se ha implantado por ley, el número de ciclistas se verá reducido considerablemente (Robinson 2008). Algunos estudios en Australia (donde el casco es obligatorio) han concluido que “el mayor efecto de una ley que obliga a usar el casco no es la mejora de la seguridad de los ciclista, sino la disminución del número de ciclistas” (Robinson 1996). Proyectando la idea de que desplazarse en bicicleta es inseguro, este tipo de leyes disuade del uso de la bicicleta. Los impulsores del casco obligatorio deberían reconocer que el objetivo de esta medida es prevenir las lesiones en la cabeza y mejorar las estadísticas, no incrementar el número de ciclistas. Sin embargo, el casco ciclista no está diseñado para proteger ante impactos violentos como el choque con otros vehículos a motor, están diseñados para caídas de la bicicleta; por tanto no aumenta la protección del ciclista ante las colisiones. Si estudiamos el asunto desde el punto de vista de los beneficios para la salud, las ventajas del uso de la bicicleta superan, de largo, el coste en número de accidentes. Según Piet de Jong, especialista en gestión de riesgos, los costes de perder un pequeño número de ciclistas siempre son mayores que los beneficios del uso del casco, incluso si este fuera útil en todos los casos (incluso si fuera útil en colisiones con otros vehículos).
Obligar a usar el caso puede incluso hacer que desplazarse en bici sea más inseguro. Cuando el número de ciclistas disminuye, la seguridad relativa de los ciclistas disminuye también. Este hecho está perfectamente documentado, a más ciclistas, más seguros (Jacobsen 2003).
Existen también algunos aspectos económicos a tener en cuenta a la hora de implantar el uso obligatorio del casco para ciclistas. La mayoría de grandes ciudades españolas disponen de sistema de alquiler de bici pública (Bicing, SEVici, Valenbisi…) que se verían seriamente afectados por la obligatoriedad del uso del casco. Si comparamos los sistemas de bici pública españoles con los australianos, podemos ver el impacto del casco obligatorio.
Información completa: www.ecf.com