Bici eléctrica: ¿el final de los esforzados de la ruta?

Sep 22, 2014

Las bicicletas con ayuda mecánica al pedaleo se abren paso en las calles vascas y crece su uso por las pistas de montaña.

Llevan más de una década entre las no motorizadas y sin hacer ruido se van abriendo paso. Las bicicletas eléctricas, gracias también a que su compra está subvencionada, van ganando terreno en el parque de bicis de Euskadi, aunque su uso sigue al rebufo de países europeos como Alemania, Holanda y Francia. Se ofrece para ser usada en desplazamientos urbanos pero es la alternativa relajada para disfrutar de la montaña sin bajarse en la primera rampa.

Las bicicletas eléctricas llevan un tiempo entre los ciclistas vascos y no es raro toparse con algunas de ellas en las calles de nuestras ciudades. Los que se han decantado por un modelo eléctrico suelen pedalear sin ruido y sin demasiado esfuerzo, incluso cuando la ruta se pone cuesta arriba. La asistencia al pedaleo de estos vehículos obliga a sus usuarios a pedalear, pero con una exigencia menor ya que el motor aporta un plus de potencia que los hace ideales para subir pendientes.

Los fabricantes de bicicletas se han volcado en la producción de estos vehículos y en sus catálogos son muchos los modelos entre los que elegir. Aunque hay una serie de limitaciones que diferencia las bicicletas eléctricas de otras que la ley las equipara con ciclomotores y que, por tanto, para circular con ellas sería obligatorio contratar un seguro y matricularlas. Así lo explica Iván Sarralde, del departamento de márketing de BH Bikes, que indica que la legislación española “no permite que el motor ayude al pedaleo si la bici alcanza los 25 km/h, mientras que en Alemania o Austria el límite está en 45 Km/h”. Esa bici en España, “tendríamos que matricularla, contratar un seguro y no podría circular por bidegorris”, entre otras limitaciones.

Limitadas a 25 Km/h

Por ello, las que en España se venden como eléctricas, son bicicletas con pedaleo asistido, equipadas con un motor eléctrico auxiliar, de una potencia máxima de 0,25 kilovatios, que disminuye y se interrumpe cuando la velocidad del vehículo alcanza los 25 km/h, o antes si el ciclista deja de pedalear.

La mayoría de ellas, como las de BH, tienen 5 niveles de asistencia. “Al mismo esfuerzo físico cada nivel te empuja a más velocidad”, explica Sarralde. La bici cuenta con un sensor que detecta cuando se mueven los pedales y, en ese momento, se pone en marcha el motor. Si no mueves los pedales, el motor no se activa. Además, cuentan con una pequeña asistencia, que se puede anular, que ayuda a ponerse en marcha. “Son super útiles, pero también más delicadas. Requiere un conocimiento previo que implica saber qué estás comprando”, aconsejan desde BH Bikes.

Un modelo plegable, durante una presentación ante los medios de comunicación.

Un modelo plegable, durante una presentación ante los medios de comunicación. / Afp

En el mercado hay bicis eléctricas con motor en el eje trasero o en el pedalier, en el centro de la bici. También en el delantero, aunque se está dejando de montar, ya que en caso de pinchazo es más engorrosa la reparación. Las hay de carretera, de montaña, de rueda de 29 pulgadas, de 27’5… “Una familia tremenda”, indica Sarralde, incluso “para la nieve, de ciudad” o el modelo femenino, “con la barra más baja”.

Además de los fabricantes tradicionales de bicicletas, otros ajenos a este mercado, o menos conocidos, se han lanzado en busca de este nicho de negocio. Por ello, es posible ver bicis eléctricas de marcas tan dispares como Bosch, Yamaha, Siemens o Toyota, por ejemplo.

Pero no sólo los fabricantes apuestan por las eléctricas. Cada vez son más las tiendas que dedican parte de sus escaparates a este tipo de bicis, mientras que otras se dedican en exclusiva a estos velocípedos. Es el caso de Electric City Motor que cuenta con tiendas en Vitoria y Bilbao. El responsable del establecimiento de Vitoria, Jesús Calvo, explica que “cada vez es más normal verlas por las calles aunque están lejos de alcanzar a las tradicionales”. En este local, abierto hace unos meses en la calle Sancho el Sabio, también es posible adaptar una bicicleta tradicional y convertirla en una eléctrica, mejor, “si se parte de una bici de calidad”, aconseja Calvo.

Precios y subvenciones

El sensor, la batería y el motor que llevan equipados las bicis eléctricas hacen que sean más caras que sus hermanas no motorizadas. Según los fabricantes y tiendas que hemos consultado, los precios parten de unos 1.000 euros y pueden llegar hasta los 3.000 o 4.000.

Estos precios pueden atenuarse significativamente ya que varios organismos cuentan con planes de ayudas para la compras de bicis eléctricas. El puesto en marcha por el Gobierno de España ha finalizado ya, dado que se agotó la partida destinada a estas ayudas. Sin embargo, sigue vigente el del Ente Vasco de la Energía, que es de 300 euros por bicicleta, siempre que no supere el 20% del coste de adquisición.

“Robos y ciudades no acondicionadas”

La multinacional alavesa de bicicletas es consciente de las ventas que tiene en Euskadi y en España, pero se venden muchas más bicis eléctricas en Alemania y en los países nórdicos. Las ventas totales en Europa ascendieron a 1,2 millones de unidades en 2013, según el Observatorio de la Bicicleta de Francia. Sólo en Alemania se vendieron 410.000 unidades, seguido de Holanda con 192.000 y Francia con 56.600. De hecho, en el país germano el 63% de sus ventas son de bicicletas urbanas y la tasa de penetración de las bicicletas eléctricas es del 15%.

Por nuestras latitudes, hay algunos condicionantes que a juicio de BH Bikes hace que no exploten las ventas de estos vehículos. Entre ellos, cita “los robos y que las ciudades no están acondicionadas para andar en bici”, argumenta. El primero es un problema serio. “No vas a dejar una bici eléctrica candada en la calle”, asume Sarralde, ya que “al estar hecha por piezas te pueden robar la batería, otro elemento o la bici y cuesta como mínimo 1.200 euros”, señala.

En este sentido, Sarralde recomienda al ciclista vasco la bici plegable que permite a su usuario guardarla en casa o en un trastero y en el trabajo, siempre que te permitan dejarla en algún espacio a buen recaudo. Pero enfoca la compra de una eléctrica como “una inversión, ya que es algo que va a formar parte de su rutina” de modo que “rentabilice el dinero que se va a invertir”, matiza. También las recomienda para aficionados que hayan sido muy activos durante su juventud y que con el paso de los años el cuerpo no les responda de la misma manera. Por ello “la bici eléctrica es una solución que permite hacer lo mismo que hacías antes y te permite mantener la misma afición”, aconseja. “Con el mismo esfuerzo te permiten llegar tres veces más lejos”.

Fuente: elcorreo.com