En la Masa de Crítica de Salamanca siempre se cuentan anécdotas sobre las bicis, pero sin lugar a dudas es increíble la de la bicicleta desaparecida (que nunca desapareció).
Diremos que en esta historia (real) tenemos como protagonistas a un despistado ciclista urbano y a un integrante de la panadería “que reparte el pan y sus productos en bici” enlacasitadepan.
El ciclista despistado deja la bici cerca del establecimiento enlacasitadepan sin candar en la calle.
Los de la panadería enlacasitadepan observan la bicicleta que no está candada y para evitar que la roben por la noche, la meten en el establecimiento.
Al día siguiente cuando abre la citada panadería vuelven a dejar la bicicleta en el mismo sitio de la calle para ver si la recogía su propietario. Parece que no hay suerte, y nuevamente por la noche los de la panadería vuelven a guardar la bicicleta. Al día siguiente, vuelta a empezar, la bici se deja en la calle y como nadie la recoge por la noche la vuelven a guardar… así durante varios días hasta que por fin el propietario la ve y la recoge.
A la pregunta, que todos nos haríamos, ¿de cómo es posible que su propietario no fuera a buscar la bici?, la respuesta que nos dio fue la siguiente “la verdad es que no recordaba el lugar exacto donde dejé la bici ese día….”
Moraleja, en Salamanca como en todas las partes del mundo mundial hay gente buena, y desde Guardabarros felicitamos a enlacasitadepan porque además de tener productos riquísimos son buena gente.
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