El ciclista

Oct 23, 2014

Artículo de opinión que dice todo lo contario de lo que somos los ciclistas, por lo menos la mayoría. Publicado en un periódico local de Salamanca.

 

EL peatón, escribía el pasado jueves, representa a un ciudadano altivo, “propietario” de sus derechos y ajeno a sus deberes, pero sobre todo ajeno al sentido común, aunque su propia vida estuviera en juego…

Años después, y a la estela de las modas malsanas, las que nos obligan a hacer cosas sin saber ni sentir ni comprender, llegaron no las bicicletas, que siempre estuvieron entre nosotros como medio de transporte y sobre todo como instrumento de un periodo de felicidad muy concreto, sino los “ciclistas”, esos seres
que vemos como setas por las carreteras disfrazados con una mezcla de Induráin en una contrarreloj y Neil Armstrong en el módulo del mando del Apollo XI o, en el más sencillo de los casos, disfrazados de pijos-progres holandeses a toda pastilla por la calle Toro. O te quitas o te quito.

El “ciclista” se ha instalado entre nosotros para dar sentido a un modo de vida “saludable” y/o para dar rienda suelta a tanta energía como tenemos los españoles en la reserva gracias a esa filosofía barata que busca “la calidad de vida” con la que nos han venido engatusando nuestros politicastros, de Felipe González y sus mariachis, a Mariano Rajoy y sus folclóricas.

El ciclista ha llegado para ser amo y señor de la pista, una especie de evolución sobre ruedas del “yo peatón”. Y están por todas partes menos dónde deberían: caminos o rutas adecuadas. A cualquier hora, en cualquier recodo, en cualquier cruce, en cualquier acera, allí están pedaleando contra el mundo, o de dos en dos en paralelo, que la ley se lo permite para que puedan ir hablando de sus cosas y no sientan la histórica soledad en ruta.

Porque si el conductor no respeta al ciclista (el 99,99 por ciento ni siquiera señaliza el adelantamiento a los biciclos), el Eddy Merckx que llevan algunos dentro actúa con la inconsciencia de la minoría que se cree ungida por la razón. España es un país de minorías y los ciclistas no iban a ser menos. Nacionalistas del pedal. Y si es de noche, que los demás vayan con cuidado.

Publicado en el periódico: lagacetadesalamanca.com