La bici tiene que compartir su espacio con todos los demás vehículos y el 90% son como mínimo coches: masas de tonelada a velocidad superior y controladas por cualquiera que haya aprobado los examenes pertinentes, sea hábil o torpe, temerario o santo pendiente de canonización…
Las autoridades en su deber de proteger a todos y promover el transporte sostenible y saludable hacen políticas para paliar el problema del miedo: ordenanzas favorables, ciclocarriles, ¿promoción?…
Sí, de acuerdo, todas son o tímidas o peor aún erráticas, por no decir erróneas. Pero en su descargo hay que decir que es difícil encontrar la manera de que el 99% ceda parte de sus derechos al 1% restante.
Desde aquí aprovechamos la ocasión para pedir una vez mas: Ayuntamientos de España, DGT, Asociación de automovilistas Europeos, etc. repitan conmigo “Las bicis tienen la misma prioridad que el resto de los vehículos y no deben echarse a un lado para dejar pasar a vehículos mas rápidos”
¿Bicicletas? Sección de deportes, quinta planta
Hay un segundo obstáculo para que la bici sea una opción mas de transporte ciudadano y en esta poco pueden ayudarnos las autoridades. La cuestión es que la gente aun cree que la bici es para hacer deporte. Parece poco, una tontería pero tiene serias implicaciones.
Aun tenemos muy arraigada la idea de que una bici es un juguete para un niño y un accesorio para hacer deporte para un adulto por eso es repudiada como medio de transporte.
Imagínense que alguien le comenta que piensa hacer como Fermín Cacho y planea desplazarse por la ciudad corriendo. Sí, han oído bien, corriendo a todas partes. Con zapatillas y ropa deportiva, al trabajo, a la universidad, de compras, al cine…
Este tío está muy mal de lo suyo, pensarán. Hay que ser muy excéntrico o un verdadero paria para hacer semejante mamarrachada.
Ahora se explicarán por qué no se puede ir en bici al trabajo, porque hay que ser un fanático para ir haciendo deporte todo el día por la calle o estar en el límite de la pobreza para tener que utilizar un elemento de gimnasia como transporte.
Pregunten, pregunten a 10 personas, hablen con ellos, que consideren seriamente, por un momento ir en bici a trabajar, abstraiganles del miedo tendiendo imaginarios carriles bici de su casa al trabajo. Ya verán que en su fantasía todos llegan sudados. 9 de cada 10 dirán que no podrían, el que queda tiene ducha en su oficina 😉
¿Zapatillas o zapatos?
Pero la bici solo es un objeto, un instrumento que sirve para desplazarse de un lado a otro usando únicamente la energía de los músculos. En si misma no implica nada mas. Podríamos compararlo con el calzado. Sirve para pasear, hacer deporte, bailar, trabajar etc. Las zapatillas deportivas están mas indicadas para hacer deporte y los zapatos de vestir para trabajar de forma elegante, por ejemplo, aunque nada es definitivo.
En Madrid hay muy pocas bicis zapato y muchas deportivas, esto también contribuye a la confusión.
El concepto es clave
Bueno pero, montar en bicicleta es un ejercicio dirán. Y no les faltará razón. Muy saludable por cierto. Realizado a diario, mejora la salud en muchos aspectos, pero la gran diferencia está en la finalidad. El fin del ciclismo urbano es práctico: desplazarse. El ejercicio que haga el cuerpo viene de regalo. En cualquier caso ese esfuerzo físico suele ser muy suave e inferior a una larga caminata.
Se pueden mejorar las condiciones de circulación, de aparcamiento, de protección frente a robos, pero mientras se siga pensando que la bici es para hacer deporte, no va a cambiar nada.
Al final va a resultar que los ayuntamientos nos está ayudando gracias a que nos han traído unos trastos de hierro, litio y cobre a los que nosotros llamamos biciMAD.
¡Ah!, que esto es otra cosa. Esto ya es un medio de transporte, lo dice el ayuntamiento. Además si tiene motor, ¿cómo vas a sudar?
Afortunadamente, poco a poco, esta forma de pensar va despareciendo, mientras tanto, por favor, repitan conmigo… una, dos y tres: “la bici no es deporte“