Artículo de opinión publicado en el periódico digital salamancartvaldia.es
Estamos en plena semana europea de la movilidad. De la desmovilidad en Salamanca. Sí, sí, sólo hay que vivir aquí y moverse por esta ciudad para darse cuenta. Así:
i eres peatón, no sé cómo hasta el momento no has creado el movimiento antiterraza. Bueno, quizá porque eres un peatón que no tiene problemas de movilidad o hijos/as. Porque si vas en silla de ruedas, con carrito de niño/a, con carrito de la compra, o con carrito de gemelos (no digamos ya trillizos….), probablemente esta idea no te suene tan descabellada. A esto, súmale las obras, que se reproducen constantemente de forma asexual, la estrechez de la mayoría de las aceras y la alergia a los árboles del Ayuntamiento, lo que hace que en verano una pueda morir sobre la acera bajo el calor del asfalto y el cemento en un día cualquiera de verano cambioclimatense.
¿Y el salto de calzada? Sí, ese que tienes que aprender a hacer para cruzar las calzadas ante la desaparición totalmente misteriosa de los pasos de cebra, como en la Avda. De Portugal. El salto de calzada es esa modalidad que te permite cruzar de la acera a la mediana en los mínimos pasos posibles para que no te pille la velocidad de los coches. Es como ser la Ana Peleteiro de la calzada.
Si te mueves en bici (que no es lo mismo que ser ciclista), bueno, encomiéndate a…..a quien creas que tiene la capacidad suficiente para protegerte de la velocidad de los coches porque aunque la mayor parte de la ciudad esté a 30Km/h, los radares son unos vagos y no los detectan.
Acostúmbrate a que te vean como un ORNI (Objeto Rodante No Identificado), y también a ver señales por todas partes, incluso aleatoriamente colocadas, simplemente puestas, ahí. No, no van dirigidas a tí la mayoría, pero las vas a sufrir igual. Por ejemplo, si pensamos en ese engendro del I+D+I en movilidad que es el carril bici que transcurre por la acera de la Avda. Federico Anaya, recordaremos que hay unos pasos de peatones muy monos sobre el carril bici que luego para acostumbrada sorpresa del peatón no tienen su continuidad en la calzada.
Aunque ese carril bici se merece un artículo aparte para él solito, o igual lo puede compartir con el trozo de carril bici que empieza en Vialia y termina en ….¿Vialia?
Y no, ORNI, no esperes que exista ese espacio delante de los coches para que puedas pararte mientras los semáforos se ponen en verde, y así no tragarte sus humos cuando arrancan. Si eres un ORNI, aunque no contamines, ¡paga por ello con un buen cáncer de pulmón, hombre!
Si vas en autobús….eres el último ser digno de la tierra. Estás pagando por ir a la misma velocidad que el atasco de la ciudad porque al no haber carriles bus en esta ciudad más que en unas pocas calles, tienes que comerte todo el tráfico privado. Encima si vas lejos y tienes que coger tres autobuses pues pagas x3. Y si llueve o hace viento….¡no te quejes que encima tienes parada! Es un palo bajo el que no puedes resguardarte lo mires como lo mires, pero ahí tienes el palo. Da gracias.
¿Saber cuánto le queda al bus para llegar a la parada? No me seas por favor, hay cuestiones más urgentes que resolver en Salamanca, que estamos en crisis.
Una buena red de carriles bus desatasca la ciudad, anima a su uso y crea muchos puestos de trabajo pero eso al Ayuntamiento sabemos que le da igual.
Eres un coche: Les molas. La mayor parte del espacio de la calle es tuya, sólo tienes que medir lo que ocupan las calzadas en relación con las aceras, o aún mejor, en relación con las aceras y sus terrazas.
Pone que a 30Km/h, pero vas a 50 que lo mismo da, y además te invitan a ello quitándote obstáculos indeseables como los pasos de peatones para que la gente cruce (los verás haciendo el salto de calzada, es muy divertido).
Sin lugar a dudas, tu coche es el ser más querido de esta ciudad. Y sus emisiones de Nox y CO2 muy bienvenidas, el ayuntamiento no tiene mucho interés en que se midan y cuando se superan los niveles de ozono de aviso a la población pues como si nada. El Ayuntamiento tiene la oligación legal desde 2004 de aprobar un plan de calidad del aire, aunque esas cosas parece que no van con él. No sea que tengamos que restringir el uso del coche e incentivar el uso de otros medios de transporte…y empiece el fin del mundo.
En las ciudades como Salamanca la modernidad se entiende en términos de chatarra: que haya chatarra en todas las calles, atestadas de coches aparcados, coches circulando, coches debajo del suelo, coches encima de las aceras, coches, coches, coches…..¡qué moderno! Pero, en realidad, es el mejor indicador de un rotundo fracaso del planeamiento urbanístico y de movilidad de Salamanca y un rotundo triunfo de la industria del automóvil.
No nos confundamos, la dominación del coche no es otra cosa que una gran anomalía que marca con grandes cicatrices la configuración de las ciudades alejándolas de una ciudad humana, cercana, verde, tranquila y segura (no he hablado de los atropellos, también da para un artículo propio. No he hablado de la usurpación del espacio que el coche supone para el desarrollo de los niños y niñas en un entorno que les marca).
Esta semana se hacen muchas actividades seguramente geniales, y es una semana de teórica desmovilización del coche. Pero para el peatón, la bici y el autobús, ésta es, como las otras 51 semanas del año, una semana más de desmovilidad.
– Fuente: salamancartvaldia.es