Con su candidatura a Capital Verde Europea, tras muchos años de atraso e incumplimientos por anteriores gobiernos de las planificaciones en movilidad sostenible aprobadas, la ciudad de Logroño despierta y se sitúa entre el reducido grupo de ciudades españolas que han decidido al igual que están haciendo las principales ciudades europeas, actuar de forma urgente en respuesta a la emergencia climática que está en el origen de los desequilibrios en ecosistemas causantes de la actual crisis pandémica.
Intervenciones de emergencia mediante urbanismo táctico, rápidas y ligeras que no requieren grandes inversiones pero que transforman de manera directa el uso de la calle, reequilibrando el reparto del espacio público, hasta ahora brutalmente escorado hacia la motorización privada, para la diversidad de usos, géneros y capacidades de las personas.
Ciudades más amables, habitables y seguras, aunque como cualquier cambio de hábitos requiera tiempo para adaptarse, valorarlo y defenderlo.
El programa y las propuestas abiertas hasta el momento pueden consultarse la web «Logroño Calles abiertas«

Detrás de la estrategia Calles Abiertas de Logroño está la colaboración del Ayuntamiento de Logroño con algunas de las mejores agencias de urbanismo, movilidad y espacio público del país en ciudades (GEA21) donde el insostenible abuso del coche hasta la puerta para todo, la doble fila y el estacionamiento ilegal estén a la orden del día.
La participación ciudadana no proviene del último minuto, sino de una labor que se extiende desde hace muchos años, y a través de la cual organizaciones ecologistas, peatonales y ciclistas empiezan a ver materializadas algunas de sus propuestas.
LOGROÑO EN BICI